Historia de un sueño - La Oreja de Van Gogh
Perdona que entre sin llamar
No es esta la hora y no es el lugar
tenía que contarte que en el cielo no se está tan mal
Mañana ni te acordarás
Tan solo fue un sueño te repetirás
Y en forma de respuesta pasará una estrella fugaz
Y cuando me marche estará
Mi vida en la tierra en paz
Yo solo quería despedirme
Darte un beso y verte una vez más
Promete que serás feliz
Te ponías tan guapa al reir
Y así, solo así quiero recordarte
Así, como antes
Así, adelante
Así, vida mía mejor será así.
Ahora debes descansar
Deja que te arrope como años atrás
Te acuerdas cuando entonces te cantaba antes de irte a acostar
Tan solo me dejan venir
Dentro de tus sueños para verte a ti
Y es que aquella triste noche
No te di ni un adiós al partir
Vida mía ahora te toca a ti
Solo a ti, seguir nuestro viaje
Se está haciendo tarde
Tendré que marcharme
En unos segundos vas a despertar.
Anoche, para variar, soñé con mi abuelita.
FYI: mi Ata era la mejor abuelita del mundo. Son casi dos años ya desde su partida y yo la extraño cada día más. Fue una madre más para mi y mis hermanos; su cariño, dedicación y cuidados fueron memorables.
Por eso me encanta soñar con ella. En mis sueños conversamos, la puedo abrazar y por un momento parece que ella no se ha ido. Si, me da mucha nostalgia al despertar pero también mucha alegría de haberla visto una vez más.
Anoche me pasó algo curioso. Muchas de las veces que sueño con ella luego no puedo recordar qué fue lo que soñé. Pero lo de anoche lo recuerdo muy claro y fue porque esto ya había sucedido antes.
Alguna vez al regresar del trabajo, mi abuelita vio que llegué con las botas sucias. Mis botitas punta de acero y todo terreno estaban algo lascadas en la punta de tanto andar por el campo. Ella, en aquella ocasión me dijo: "mijita, limpia las botas" y yo le respondí que como son botas de trabajo se ensuciaban a cada rato. Ella me contestó "no importa, tu eres una mujercita y aunque andes en el campo todos los días tienes que andar bien presentadita". Cuanto amor! Hasta para hablar. *_*
Ese día desaparecieron mis botas. Mágicamente las encontré al rato limpias en la cocina.
Anoche soñé con esa escena, mi abuelita diciendome esas mismas palabras. Al levantarme vi mis botas y me di cuenta que en mucho tiempo no les he dado mantenimiento. Además, hoy tenía que salir a fiscalizar una obra en compañía de una jefa (no mía) que siempre anda al punto: maquillada y con zapatos de tacón (claro, su trabajo es de oficina).
Limpié mis botitas y las dejé brillantes con betún y cepillo como me enseñaron a hacerlo cuando estaba en la escuela.
Camino al trabajo me puse a pensar: fue mi subconciente o mi abuelita desde el cielo recordandome que siempre debo andar bien presentada? Recordé una de las lecciones que aprendí en los libros que ella me daba: aunque uno sea pobre siempre puede lucir bien, el aseo del cuerpo y vestidos dan una buena impresión.Ya hablaré en otro post sobre esto, en esta ocasión me quiero enfocar en el mensaje de mi Ata.
Independientemente de religiones, yo creo que mi abuelita está en un lugar muy especial y desde ahí nos sigue cuidando. Ella sigue dentro de mí en sus enseñanzas, en su forma de demostrar amor, en sus cuidados, en los recuerdos. Ella sigue dentro de lo que me rodea, en cada cosa que construyó y dejó su ejemplo.
Sé que el recordatorio de las botas vino de mi (subconciente) y de ella, porque yo no sería lo que soy sin sus enseñanzas. Me gusta creer también que ella vino del cielo a mi sueño (como narra la canción del principio) porque es una forma de eliminar su ausencia. Algunos me dirán crédula, ilusa, fantasiosa pero con plena conciencia es lo que prefiero creer. Soy feliz pensando así.
Donde quiera que estés Ata, gracias por seguirme cuidando. Te quiero.
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