martes, 19 de febrero de 2019

Los millennials no quieren tener hijos

Hoy en el almuerzo leí un artículo de Cultura Colectiva llamado "11 razones por las que los millennials no queremos tener hijos". De entrada, debo decir que alguna vez seguí esta página y una que otra vez he encontrado artículos interesantes, pero dejé de seguirlos cuando empezaron a publicar notas pro aborto y otras más que no van con mi forma de pensar. Pero este es mi blog, y en él expreso mi opinión sin miedo de que me llamen anticuada, retrógrada, odiadora o cualquier otro adjetivo que puedan utilizar ciertos grupos de personas.

Primero que nada debo decir que entiendo muy bien las razones por las cuales hay gente que no quiere tener hijos y creo que está bien siempre y cuando sea una decisión genuina de la pareja (sí, pareja, porque para procrear se necesitan dos) y mientras no vayan matando niños en el proceso, es decir, abortando sus fetos no deseados.

Pero ¿qué es lo que piensan los millennials? El mundo está jodido y por lo tanto no traigo más gente al mundo para que no se jodan como yo, que apenas puedo conmigo. El artículo en mención puede resumirse a eso. Otras razones: no quiero condenar a mis hijos a la pobreza; tengo mejores cosas que hacer como estudiar; no quiero dañar mi cuerpo; no quiero dañar mi ideal de vida perfecta; no quiero más competencia laboral; mi hijo tendría pocas probabilidades de triunfar en este mundo; sólo podría criar niños que se asustan del mundo porque el mundo es un lugar terrible. Todo se resume a razones egoístas, es obvio que no piensan en nadie más que ellos mismos.

Pero lo que molesta de esta generación no es su egoísmo sino su falta de responsabilidad para con el mundo. Y, es para reír, que uno de los primeros motivos que dan para no procrear, según este artículo, es porque "nuestra generación siente un verdadero compromiso con el planeta" y traer más gente al mundo es contaminar más. Si bien es cierto que los recursos del planeta ya no dan para sostener a tanta gente, ¿por qué no buscan una solución efectiva a este problema?

Los millennials deben admitir que su generación ya está jodida, es la verdad. Les tocó el mundo que dejaron sus padres, lleno de contaminación, guerras, corrupción, etc. Quizás no es justo y por eso se quejan tanto. Pero la solución no es encerrarse y sobrevivir, sino salir a cambiar lo que está mal y dejar un mundo mejor para las generaciones siguientes que muy probablemente sean numéricamente más reducidas, adivinen gracias a qué.

Traer un niño al mundo no es simplemente concebirlo y parirlo, sino criarlo. Esa es la parte de la que nadie se quiere hacer cargo. Esa es la responsabilidad que los millennials no quieren cargar sobre sus hombros. Y es una lástima, porque si supieran la belleza que es ver crecer día a día a una personita, se preocuparían más por dejarle herramientas y buenas bases para su futuro, en vez de condenar a la humanidad a su probable extinción.

Criar a un niño es esforzarse por darle lo mejor, no en cosas materiales sino de uno mismo. Dice un cliché que los niños son el futuro de la patria, y no es mentira. Un niño bien educado, con valores, con responsabilidad social, no será un joven que va a andar en marchitas de pañuelos y chalecos de colores exigiendo derechos que pisoteen los de los demás. No. Será un joven que se preocupe por su entorno y que busque dar soluciones verdaderas a los problemas del mundo.

No te confundas. No es una actitud noble decir que no quiero tener niños porque no quiero que sufran. Eso no es ser responsable. No es responsable abortar ni abandonar a un niño a su suerte. Si tienes la dicha de tener uno esmérate en ser mejor cada día y descubrirás que tienes tanto amor para dar... y sí, aunque suene idealista o romántico, creo que con amor se puede cambiar al mundo.

jueves, 14 de febrero de 2019

El bullying político

En un ambiente donde el acoso laboral es la norma, nos toca plantearnos de cara cuál es el límite de lo que estamos dispuestos a soportar. Lo más sencillo es doblegarse ante la opresión; aceptar calladamente que "ésto siempre se ha hecho así" y "no es opcional, es obligación" (aun cuando las leyes dicen expresamente lo contrario) es lo que buscan aquellos que se creen con poder, porque les ha sido confiada una administración y la manejan a las viejas formas.

Sí, en nuestro país la corrupción ha campeado libremente en todas las empresas públicas. Es sabido que mucha gente (no toda) llega a donde está por favores, por tener "padrinos", por "hacerse notar" en las campañas políticas y, lamentablemente, son pocos los que llegan por sus propios méritos profesionales y/o técnicos.


Entonces, parafraseando a Carrie Bradshaw, no pude evitar preguntarme: ¿por qué profesionales brillantes deben someterse a imposiciones políticas?

Hoy por hoy, con las elecciones a un mes de realizarse, los partidos buscan mostrar su poderío jactándose de la cantidad de gente que los sigue. Lo que no se dice es cuántos van obligados, amenazados con ser despedidos de sus trabajos. No se lo dice porque los administradores se encargan de tatuarles en la mente la figura de "tienes ser agradecido con quien te dio la oportunidad de trabajar" o "tienes que ponerte la camiseta del equipo".

Nadie habla de bullying porque se tiene la imagen de que eso es algo que sólo sucede para niños y adolescentes, en las escuelas; si hablas de acoso, inmediatamente la gente piensa que es de índole sexual. Pero no. Es importante saber que existen otros tipos de hostigamiento, aun a personas adultas y profesionales.

Llega un punto donde esta forma de presión social se hace insostenible hasta para el cuerpo humano. No todas las personas reaccionamos ante los estímulos de la misma forma y depende de cada uno la forma de surgir cuando se toca fondo. El estrés no es cosa de risa, pero nadie sabe lo fuerte que puede ser hasta que lo experimenta en carne propia.

Entiendo que la situación económica del país es preocupante, el dinero no alcanza para nuestras necesidades, y en definitiva, todos queremos trabajar y no siempre podemos. Pero no por eso debemos agachar la cabeza, o dicho más crudamente, ir a lamerle las botas a políticos que buscan hacerse de una administración (o perpetuarse en ella).

Esto de la ideología política y la religión, es como el pene: está bien tener uno pero no meterselo a la fuerza a los demás. Si quieres apoyar a un político, está bien, hazlo por verdadera convicción, porque realmente crees en él/ella, porque realmente vez que tiene un plan de trabajo realista, realizable. Pero si no estás convencido no veo porqué tendrías que ir a mostrar apoyo a alguien que no sientes que lo merece. Eso sería ser hipócrita.

Creo que los profesionales deberíamos valorarnos más. Deberíamos darnos cuenta que sin nosotros, sin nuestro trabajo (desde cualquiera que sea nuestra área) los politiqueros no llegarían a ningún lado. Por eso les importa tanto. Por eso quieren verte en las fotos, en las redes sociales, quieren que la gente sepa que tú eres uno más que los apoya, y así captar los votos de la gente que te conoce y confía en ti.

Pienso que como profesionales aportamos mucho más desde nuestra trinchera trabajando con honestidad y rectitud. Ésa debería ser nuestra forma de mostrar agradecimiento a quien nos da la mano. Ésa debería ser nuestra bandera. Lamentablemente, el país está saturado de politiqueros viejos que contaminan a los nuevos con estas viejas prácticas. Y es más lamentable aún que nos dejemos someter a ellas.