jueves, 14 de febrero de 2019

El bullying político

En un ambiente donde el acoso laboral es la norma, nos toca plantearnos de cara cuál es el límite de lo que estamos dispuestos a soportar. Lo más sencillo es doblegarse ante la opresión; aceptar calladamente que "ésto siempre se ha hecho así" y "no es opcional, es obligación" (aun cuando las leyes dicen expresamente lo contrario) es lo que buscan aquellos que se creen con poder, porque les ha sido confiada una administración y la manejan a las viejas formas.

Sí, en nuestro país la corrupción ha campeado libremente en todas las empresas públicas. Es sabido que mucha gente (no toda) llega a donde está por favores, por tener "padrinos", por "hacerse notar" en las campañas políticas y, lamentablemente, son pocos los que llegan por sus propios méritos profesionales y/o técnicos.


Entonces, parafraseando a Carrie Bradshaw, no pude evitar preguntarme: ¿por qué profesionales brillantes deben someterse a imposiciones políticas?

Hoy por hoy, con las elecciones a un mes de realizarse, los partidos buscan mostrar su poderío jactándose de la cantidad de gente que los sigue. Lo que no se dice es cuántos van obligados, amenazados con ser despedidos de sus trabajos. No se lo dice porque los administradores se encargan de tatuarles en la mente la figura de "tienes ser agradecido con quien te dio la oportunidad de trabajar" o "tienes que ponerte la camiseta del equipo".

Nadie habla de bullying porque se tiene la imagen de que eso es algo que sólo sucede para niños y adolescentes, en las escuelas; si hablas de acoso, inmediatamente la gente piensa que es de índole sexual. Pero no. Es importante saber que existen otros tipos de hostigamiento, aun a personas adultas y profesionales.

Llega un punto donde esta forma de presión social se hace insostenible hasta para el cuerpo humano. No todas las personas reaccionamos ante los estímulos de la misma forma y depende de cada uno la forma de surgir cuando se toca fondo. El estrés no es cosa de risa, pero nadie sabe lo fuerte que puede ser hasta que lo experimenta en carne propia.

Entiendo que la situación económica del país es preocupante, el dinero no alcanza para nuestras necesidades, y en definitiva, todos queremos trabajar y no siempre podemos. Pero no por eso debemos agachar la cabeza, o dicho más crudamente, ir a lamerle las botas a políticos que buscan hacerse de una administración (o perpetuarse en ella).

Esto de la ideología política y la religión, es como el pene: está bien tener uno pero no meterselo a la fuerza a los demás. Si quieres apoyar a un político, está bien, hazlo por verdadera convicción, porque realmente crees en él/ella, porque realmente vez que tiene un plan de trabajo realista, realizable. Pero si no estás convencido no veo porqué tendrías que ir a mostrar apoyo a alguien que no sientes que lo merece. Eso sería ser hipócrita.

Creo que los profesionales deberíamos valorarnos más. Deberíamos darnos cuenta que sin nosotros, sin nuestro trabajo (desde cualquiera que sea nuestra área) los politiqueros no llegarían a ningún lado. Por eso les importa tanto. Por eso quieren verte en las fotos, en las redes sociales, quieren que la gente sepa que tú eres uno más que los apoya, y así captar los votos de la gente que te conoce y confía en ti.

Pienso que como profesionales aportamos mucho más desde nuestra trinchera trabajando con honestidad y rectitud. Ésa debería ser nuestra forma de mostrar agradecimiento a quien nos da la mano. Ésa debería ser nuestra bandera. Lamentablemente, el país está saturado de politiqueros viejos que contaminan a los nuevos con estas viejas prácticas. Y es más lamentable aún que nos dejemos someter a ellas.

1 comentario:

  1. Siempre será interesante ver el desarrollo político de distintas sociedades. No deja de ser la realidad humana, reflejada en distintas escalas en otros lados. Muchas veces frustra, pero voces como la tuyá son las que hacen la diferencia. Saludos prima!

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